«¿Usted no se ha fijado qué obstinados son los pensamientos tristes?», le pregunta Hipólita a un buen amigo. Silencio. Después de un largo rato sin respuesta, decide encaminar su charla (aparentemente) por otro sendero. «A veces me parecía —dice cabizbaja— que los otros estaban bien clavados en la vida, y en sus casas, mientras que yo tenía la sensación de estar sujeta, ligeramente atada con un cordón a la vida». Si conectamos la pregunta con la afirmación, suprimiendo el giro silencioso, podemos imputar una continuidad al razonar de Hipólita. De esta manera, obtendríamos una reflexión del siguiente tipo: «continuamente me siento triste al pensar que los demás tienen todo en la vida y yo no». Una frase de este tipo viene a ser toda una explicación de la melancolía, esto es, encuentra que la causa de tan penoso mal es ¡la envidia! ¿Será?
viernes, julio 15, 2005
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11 comentarios:
Según yo, la melancolía estaría más bien enlazada a un dilema en el que Hipólita se ve inmersa: ante la insistente recurrencia de pensamientos tristes, se da cuenta que no es como los demás. Así, mientras que al resto de la gente (los otros) les resulta relativamente fácil hallarle sentido a la vida a través de lo que han acumulado y de este hecho viene también el arraigo, ella se ve así misma y tiene la sensación “de estar sujeta, ligeramente atada con un cordón a la vida”, de esta frase se pueden extraer otras reflexiones: Hipólita no está atada del mismo modo que el resto de mortales, o al menos ella encuentra diferencias que la hacen sentirse sola. Ahí radica una hondísima tensión entre el sujeto y su entorno, que por lo demás no debe tal vez ser privativo de Hipólita. El dilema estaría tal vez en ¿hacer la paz consigo misma?, pero si así fuera ¿qué conseguiría a fin de cuentas? ¿tal vez una especie de inmovilidad como la que preconizan algunas religiones orientales?
P.D. No nos conocemos, pero me parece que hay en algunos escritos tormenta y arrebato, igual y está naciendo un alma nueva.
Leprosario:
¿Hipólita es diferente por que es excesivamente triste o se agüita por no ser como los demás?
Usted dice: «no, pos lo primero», luego entonces, nos deja sin conocer el por qué de la tristeza de tan simpático personaje. O bien, nos invita a concebir el rollo de una manera circular: primero, Hipólita cobra conciencia de su hiperbólica tristeza; luego, debido a lo anterior, se tacha de anormal, y; finalmente, la conciencia de su rareza le produce más tristeza. Pero, aún en este último caso, nos quedamos a oscuras en torno al origen de la melancolía de la doña.
La neta, yo no tengo la respuesta, pero rastreando las diferentes nociones (con pretensiones "científicas") que a lo largo de la historia se han tenido de la melancolía, me encontré con tres tendencias más o menos definidas.
1) La melancolía como una ESENCIA NATURAL. Por ejemplo, la medicina hipocrática (tratando de distanciarse de las concepciones sobrenaturales) la explicó como un "humor" (secreción elemental): la bilis negra, a la cual oponía la bilis amarilla, que era causa de manías.
2) La melancolía como una PERTURBACIÓN DE LA PERSONALIDAD. Por ejemplo, Felix Platter habla de ella en términos de un tipo de enajenación mental en el que la imaginación y el juicio se hallan pervertidos a tal grado que sus víctimas se ponen muy tristes.
3) La melancolía como una reacción a un MEDIO agobiante que la propicia. Por ejemplo, Robert Burton se refiere a las preocupaciones, a las miserias y a las ambiciones como causas del padecimiento.
Sin llegar a afirmar que una noción se siga de la otra, lo que se observa es un como ponerse de moda alguna noción por encima de las demás, sin que lleguen estas últimas a borrarse del mapa. Así, hoy en día, cada vez es más común que se sostengan tesis que apelan a la responsabilidad de la situación social reinante para que se produzca el padecimiento de la melancolía.
Ahora bien, no cabe duda que somos los propios individuos los que hacemos la lectura de nuestro medio, los que le conferimos un sentido. Yo me pregunto (muy a tono con la tendencia actual de concebir a la melancolía), si Hipólita es melancólica ¿es porque experimenta un conflicto entre su forma personal de satisfacción y lo que la sociedad dicta que debiera ser?, ¿es porque no puede bailar al son que toca su cultura?, ¿es porque siente ENVIDIA de que los demás sí puedan?
Digo, yo me pregunto....je.
P.D. Soy más tormentosa que arrebatada.
Estimada Zihuatl:
No será también una elección conciente del individuo?, y si se me pregunta el ¿por qué de esta elección?, sería tanto como querer responder el por qué de todo lo que anhelamos, cuya sucesión de porqués nos llevaría a una especie de aporía o situación sin salida?
Ja,ja,ja. Honestamente, mi buen leprosario, a mí me gusta pensarlo en esos términos. Como se habrá dado cuenta por mis escritos, yo soy muy melancólica (manicaco-depresiva, diría un psiquiatra), y claro que no me late verme como una vieja envidiosa. Pero no por eso dejo de cuestionarme.
Saluditos....
la vida es un racimo de antojos (dice alguna cancion)
Don (o doña) anónimo,sáqueme de una duda: ¿cree que nos la podamos comer cual si fueran uvas?
No inventes Zihuatl, en tu afán por pintarte como una bruja digna de ser quemada, quieres ver moros con tranchete. Ya te lo había dicho: ¿recuerdas que tus reflexiones se encaminaron hacia este lugar cuando vimos la película "Mejor imposible"? El Melvin salió con una explicación muy parecida a ésta, y tú te dejaste engatuzar por él. Hasta me amargaste la comida.
Tú has llorado conmigo cuando me ha ido mal y te has puesto a brincar de la alegría cuando las cosas se me acomodan (sin albur). Ya en serio, si algo te caracteriza, es el no ser envidiosa. No busques más ahí la explicación a tu hermosa melancolía.
Tu admirador número uno.
¡Oh!, pues. Yo nomás decía. A la mera no envidio a la gente que quiero porque forman parte de mí misma; pero, ¿qué tal que el bienestar de los que no me significan nada sí me haga ruido? Es una simple pregunta, no estoy afirmando nada.
P.D. Claro que me acuerdo de esa tarde "de película", ya sabes que es una de mis pelis favoritas. Por cierto, perdón por amargarte la comida.
tiene buenas reflesiones. y yo opino que es envidia
Chido Stitch, tomaré nota.
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