domingo, agosto 07, 2005

El Mal de Minga

Se supone que no soy una persona con “capacidades diferentes” (como ahora gustan llamar al montón de deformes e incompletos que pululan por todos lados). Sin embargo, en ocasiones me siento más “fenómeno” que cualquiera de ellos. Aunque tengo todos mis sentidos [casi] en buen estado, todavía no he aprendido a utilizarlos. El sordo me ha hecho escuchar una vocecita interior que me reprime por no apreciar un atardecer o la sonrisa de un niño. El ciego me ha hecho ver que no disfruto el chipi chipi de la lluvia o el latido del corazón de mi amado. El mudo me ha dicho cuán vanas y dañinas son mis palabras, cuando no alcanzan a nombrar el mundo o a expresar el sentir de mi alma. El inválido me ha encaminado a percatarme de cuán errados y sin sentido son mis pasos. El insensible me ha hecho percibir mi incapacidad para embriagarme del olor a tierra mojada o del aroma que despide mi compañero. El “desolfatado” me ha hecho reconocer el hedor de mis carencias, cuando no me conmuevo ante la caricia del aire soplando en mi rostro o ante la calidez de una mano amiga. El loco me ha hecho comprender mi prisión…

Pero, no soy la única. Estoy rodeada de personas que, subutilizando sus sentidos, me tratan como a una fotografía andante. Cada vez que me miran, sólo ven una superficie plana y diferente a aquélla que su memoria tiene registrada, como si yo fuera sólo este fardo que me trae a cuestas. Por eso, cuando estoy ante ellos, emiten un juicio del tipo: «¡qué flaca estás!».

En esos momentos, la rabia me invade. No puedo evitar pensar en todos aquellos que, atendiendo a los pequeños detalles de la Zihuatl, convivieron con la persona y no con una imagen carente de vida. Recuerdo al cuate que se fijaba en mis defectos y se la pasaba imitándome; a la latosa que solía jugar con mi cabello, encontrándolo tan sed[b]oso como sólo él podía estarlo; al jefe que identificaba mi llegada sólo por el sonido de mis pasos desgarbados; a mi “Conciencia”, que sólo con verme a los ojos, descubría mi estado de ánimo; a la gran amiga con la que no necesitaba de palabras para darme a entender; al inquilino que sabía cuándo hacerme compañía y cuándo dejarme sola; al novio aquél que gustaba de olerme para llenarse de mí; a mi madre, que bien sabía leer a su chiquita en el tono de su voz, en el calor de su cuerpo, en la luz de sus ojos, en el color de su piel, en la rebeldía de su ser…

Mas mi molestia no se debe sólo a esa falta de atención, sino al hostigamiento al que me someten con sus preguntas: «¿por qué?, ¿cómo?, ¿qué pasa?». Me obligan a buscar explicaciones convincentes: que si las desveladas, que si el cigarro, que si el café, que si la chamba, que si la presión… Pero ya no más. La sabiduría de mi madre me ha dado LA respuesta. Por fin he descubierto a qué se deben mis kilitos de menos. Ya no tendré que quebrarme más la cabeza. Señores, he de informarles que padezco del Mal de Minga —que no mata, pero bien que chinga—.

10 comentarios:

Igor dijo...

Chale, qué flaca estás.

El leprosario dijo...

jaja, que desmoder. Sigo pensando que la misma frase del Maese Rencoria dicha por mi, hubiera hecho que te pusieras fúrica!!!

El leprosario dijo...

Ah, no lo dudes: ERES UNA PERSONA CON CAPACIDADES DIFERENTES!!!

Zihuatl dijo...

Chale, Don Igor, gracias por el ¿piropo? Me guardo mi rabia para preguntarle al Leprosario, ¿por qué me considera una persona con capacidades diferentes? ¿Qué?, ¿estoy loca? Lo acepto, pero no tanto para librarme de mis cadenas.

Saluditos a ambos.

Yop dijo...

Ja, tus sentidos ?? Yo todavia me pregunto cuantos tienes !!!!! Y de esos cuales estan sanos . . cuando encuentre estas respuestas, tal vez me interese por tu talla y tu color de cabello !!!

Zihuatl dijo...

Andromeda maldita. Yo sé que para tí no soy una foto andante. Chido por ser tan preguntona.

Un abrazote

Anónimo dijo...

capacidades diferentes ? todos tenemos las mismas capacidades,solo ke unos mas desarrollados ke otros,ahi esta la diferencia. y por cierto,todos cambiamos (fisica y mentalmente) pero nos damos cuenta solamente de los cambios de las personas que menos vemos. que mas flaca que mas gorda...tu como te sientes mendiga ? eso es lo importante.

Zihuatl dijo...

¡Qué onda méndigo!
El punto no es cómo me siento (si más flaca o más gorda). El asunto que quería tratar era cómo me hace sentir la gente que sólo se fija en eso y me agobia con sus preguntas. A ese respecto, me siento cansada. Por eso decidí darle la salida ligera que amerita.

Saluditos

libréluna dijo...

mmmmm... pos si estás reflaca, qué no?, ya quisiera yo que me dijeran lo mismo de vez en cuando.
Saludos.

Zihuatl dijo...

Ira (que es coraje) méndiga Geo, te voy a agarrar a cocolazos, ¿eh?