Hace ya algunos años, en una provechosa borrachera (de esas en las que salen muchas netas), uno de mis hermanos me comentó que cuando nos quedamos huérfanos de padre se las vio negras (emocionalmente hablando). Al calor de las copas afloraron las lágrimas y los sentimientos. De pronto, sintió que no tenía palabras que alcanzaran para expresar su dolor y recordó que alguna vez las había volcado todas en un papel que atesoraba en su cartera. Me lo regaló y me pidió que si alguna vez tenía la oportunidad de publicarlo, lo hiciera. Pues bien, yo seguí conservando el dichoso papelito, cual si fuera un tesoro, porque me parecía que en él estaba una parte del corazón de mi querido hermano: una que me dio a conocer en una inolvidable noche.
Ahora ha llegado el momento de «publicarlo». Se me llegó la hora de cumplir aquella promesa que nunca olvidé. Afortunadamente, estos «inventos del hombre blanco» nos permiten hacer cosas que de otro modo no estaríamos en posibilidad de llevar a cabo. Sin más...ahí les va. A ver qué les parece.
REFLEXIONES DE UN TRAILERO
El sol se oculta ya.
Mirando estoy el ocaso,
y mis ojos la noche ven llegar.
Yo sigo recorriendo kilómetros y kilómetros sin cesar,
llevando bajo mis hombros el cargamento de mi pesar.
Llegaré a mi destino tras un largo viaje,
aunque sinuoso y pesado sea el camino.
Quisiera volver el tiempo atrás,
y revivir aquellos momentos cuando era niño,
donde lo único que importaba era solamente jugar.
Enciendo los faros de mi camión, iluminando la penumbra,
y a mi mente llega la figura de una persona con quien viví algunos años,
desde que llegué al mundo.
Nunca le di la importancia debida a su presencia,
aunque él imponía autoridad y sabiduría.
Con todo y sus defectos, errores y virtudes,
tengo que agradecerle lo que hoy es mi vida.
A lo lejos se alcanza a ver el resplandor de las luces de una ciudad y pensando digo:
"Lástima que sea tan tarde para reflexionar,
pues hace mucho tiempo que no lo veo,
ni lo veré jamás".
Se ha ido.
Se marchó siendo yo un adolescente.
Seguramente el señor de los cielos quería un asistente.
El sueño se apodera de mis ojos,
y el cansancio invade todo mi cuerpo por tanto manejar.
Quisiera que él estuviera a mi lado para contarle los problemas de mi vida.
Problemas que a ninguna otra persona le podría contar.
He detenido mi marcha para descansar,
no sin antes derramar una lágrima por el ser que se ha ido.
Es de madrugada y dormiré tan sólo unas horas,
para proseguir mi camino por la mañana.
Me recuesto pensando lo que hubiéramos hecho juntos.
"Si no te hubieras ido...Papá".
Olfatín... 23 de junio de 2002.
Ahora ha llegado el momento de «publicarlo». Se me llegó la hora de cumplir aquella promesa que nunca olvidé. Afortunadamente, estos «inventos del hombre blanco» nos permiten hacer cosas que de otro modo no estaríamos en posibilidad de llevar a cabo. Sin más...ahí les va. A ver qué les parece.
REFLEXIONES DE UN TRAILERO
El sol se oculta ya.
Mirando estoy el ocaso,
y mis ojos la noche ven llegar.
Yo sigo recorriendo kilómetros y kilómetros sin cesar,
llevando bajo mis hombros el cargamento de mi pesar.
Llegaré a mi destino tras un largo viaje,
aunque sinuoso y pesado sea el camino.
Quisiera volver el tiempo atrás,
y revivir aquellos momentos cuando era niño,
donde lo único que importaba era solamente jugar.
Enciendo los faros de mi camión, iluminando la penumbra,
y a mi mente llega la figura de una persona con quien viví algunos años,
desde que llegué al mundo.
Nunca le di la importancia debida a su presencia,
aunque él imponía autoridad y sabiduría.
Con todo y sus defectos, errores y virtudes,
tengo que agradecerle lo que hoy es mi vida.
A lo lejos se alcanza a ver el resplandor de las luces de una ciudad y pensando digo:
"Lástima que sea tan tarde para reflexionar,
pues hace mucho tiempo que no lo veo,
ni lo veré jamás".
Se ha ido.
Se marchó siendo yo un adolescente.
Seguramente el señor de los cielos quería un asistente.
El sueño se apodera de mis ojos,
y el cansancio invade todo mi cuerpo por tanto manejar.
Quisiera que él estuviera a mi lado para contarle los problemas de mi vida.
Problemas que a ninguna otra persona le podría contar.
He detenido mi marcha para descansar,
no sin antes derramar una lágrima por el ser que se ha ido.
Es de madrugada y dormiré tan sólo unas horas,
para proseguir mi camino por la mañana.
Me recuesto pensando lo que hubiéramos hecho juntos.
"Si no te hubieras ido...Papá".
Olfatín... 23 de junio de 2002.
Va por tí hermano.
6 comentarios:
A diantres, que chido. Me cae que sentí la rabia y la nostalgia de tu hemano. En fin, la senda a seguir es el camino. " EL " lo supo y ya llegó a donde debía.
Chingados nosotros que todavía tenemos un largo y pesado camino por recorrer.
Yo me pregunto...en que momento de la vida permitimos que ese poder invisible, nos impida expresar esos sentimientos tan naturales.
Ahora nos toca estar del otro lado de la historia...
Mi querido bakero:
Me parece que das en el clavo cuando hablas de cómo "permitimos" que un poder tal exista. Yo diría aún más: lo "creamos" (y luego parece imponérsenos). Pero no sólo nos inventamos ese poder, sino también los contenidos del propio sentimiento que aquél parece acallar. ¡Qué ganas de dotarlo con otros!, ¿no? Unos que no sepan del apego que hiere.
Lamentablemente nos enseñan a ser sufridos y a cargar con el pesado lastre de la pérdida.
P.D. ¡Ándale anciano! ¿En qué momento te diste cuenta que ya habías cruzado la línea? Ni hablar hermanito, ánimo en tu cuesta abajo, ja,ja,ja.
Te quiero un chingo méndigo
El pensamiento del olfatin, creo que nos llega a todos los que ya no tenemos a nuestro padre, solo nos queda el recuerdo bueno o malo del que alguna vez fue nuestro pilar, ahora nos queda solo seguir los buenos pasos que nos enseño y enseñarlos a nuestros hijos.
Así es José Luis. Ahora nos toca ser pilares de los peques. Ojalá que tengamos la sabiduría necesaria para hacer un buen papel.
Gracias por el comentario.
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